Verdaderos paladines regionales de la causa medioambiental, los miembros del Consejo Ecológico de Puchuncaví llevan años dando una dura pelea a autoridades y empresarios que, continuamente, han vendado sus ojos a una verdad hoy insoslayable: la desaforada instalación de industrias de raigambre minera y energética en la comuna donde “el campo se une con el mar”, ha generado un impacto tremendo en el sector y sus habitantes, al punto que se estudia reubicar a un poblado completo -La Greda- ante los peligrosos índices de contaminación que allí hay.
Tras darle pelea a Campiche, millonario proyecto termoeléctrico de la multinacional AES Gener, y doblarle la mano a la empresa en la Corte Suprema -que acogió en 2009 su recurso contra la decisión de la Corema de darle luz verde al proyecto-, todo quedó en nada tras la recalificación ambiental del proyecto, la posterior reaprobación de Corema y el «vamos» a esta nueva central, que aunque aseguran tendrá mayor control sobre las emisiones, a la luz de lo que ocurre en Puchuncaví será un nueva piedra para la lápida de la salud comunal.
Pero la semana pasada el Consejo Ecológico volvió a la pelea, y con el apoyo del abogado Alejandro Chaparro, interpusieron un recurso de protección ante la Corte de Apelaciones de Valparaíso, esta vez contra Codelco, a causa de la grave contaminación y los problemas de salud detectados en las últimas semanas en el sector de La Greda, con altos índices de dióxido de azufre de origen industrial, y que originaron la clausura de la escuela que allí funciona.
Según se informó hoy miércoles, el recurso fue acogido por el tribunal de alzada, y -en suma- pretende que se repongan las garantías constitucionales de los habitantes de este poblado (42 de los cuales presentaron síntomas de intoxicación a causa de la polución), mediante la paralización del funcionamiento de la planta refinadora que la cuprífera estatal mantiene en Ventanas.
De acuerdo a lo descrito por Chaparro, el recurso busca que la Corte de Apelaciones “conozca de la grave situación que está afectando a la zona de Puchuncaví y Ventanas, especialmente a partir de la grave contaminación ocurrida este miércoles 24 recién pasado”.
El profesional señaló confiar en que el tribunal “acoja la orden de no innovar solicitada, ya que creemos no existen las condiciones de credibilidad, respecto de la recurrida, para que se pongan en funcionamiento nuevamente sus fundiciones y que han causado el daño por el cual se recurre”, añadió, agregando que en los siguientes días se presentarían nuevas acciones contra Codelco, “para castigar el delito contra la salud de las personas y contra el medio ambiente que acá se ha ocasionado”.
EXTRAÑA DECISIÓN
Sin embargo, una señal contradictoria llegó este miércoles por parte de las autoridades. Luego de haber prohibido definitivamente el funcionamiento de la escuela local y denunciado con fuerza la situación de Puchuncaví junto a autoridades de Salud y Ambiente, el Ministro de Salud, Jaime Mañalich, apenas una semana después autorizó la reapertura del establecimiento.
La decisión -o vuelta de carnero- respalda el plan de mitigación impulsado por la Asociación de Industriales de Valparaíso, Asiva, en el cual también participa Codelco, y habría sido visada desde el Ministerio de Educación. Lo preocupante, es que las empresas seguirían funcionando con normalidad, a la espera de que el Instituto de Salud Pública (ISP) entregue un informe más concluyente una vez que se analicen las muestras tomadas a la población, algo que demoraría al menos unos 90 días más. Sólo entonces se volvería a retomar la idea del cierre o la reubicación del establecimiento.
El problema es que, mientras transcurren esos tres meses –plazo también dado por Educación para desarrollar un nuevo proyecto de escuela modular si es que el establecimiento de La Greda debe cerrar definitivamente-, nuevas emisiones contaminantes podrían seguir afectando a las personas, tal como silenciosamente venía desde hace años ocurriendo.
ADVERTENCIA
A la espera de que la Corte o el ISP entreguen argumentos para sobreponer la salud de las personas antes que el de las industrias, la Jefa de la Carrera de Técnico Universitario en Control del Medio Ambiente, de la USM Sede Viña del Mar, Evelyn Alfaro, recordó que –dadas sus condiciones climáticas- el sector de Puchuncaví seguiría recibiendo todos los agentes contaminantes de las empresas que funcionan allí.
“En particular las emisiones que se generan en la zona industrial tienen un punto de término en la localidad de La Greda y sus alrededores, porque principalmente el viento y otras condiciones meteorológicas llevan siempre los contaminantes a ese lugar”, señaló, agregando que los efectos de los habitantes del lugar aparecen a largo plazo.
No obstante, fenómenos como el ocurrido la semana pasada, cuando una nube tóxica de dióxido de azufre se posó en La Greda, tienen efectos inmediatos en la gente. “El SO2 se comporta en forma particular porque es muy irritante y afecta directamente a las vías respiratorias donde las personas sienten sus efectos inmediatamente, afectando a los ojos y la nariz, provocando así, mucha incomodidad”, concluyó.
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