Elegir en qué institución confiar el futuro y planificar una pensión, no es tarea fácil. Menos aún si hay que pensar en rentabilidades, fondos, APV, 57 bis, CAV, pensiones, seguros, y otra enorme cantidad de información poco clara y muy técnica entre lo que dicen las AFP y las Compañías de Seguros. El panorama no presenta las mejores condiciones para hacer esta elección. El actual sistema de pensiones se basa en la capitalización individual obligatoria del ahorro previsional de los afiliados. Esto significa que cada trabajador afiliado al sistema efectúa mensualmente un aporte previsional del 10% de su remuneración, el cual es acumulado en una Cuenta de Capitalización Individual, que aumenta de acuerdo a los aportes que realiza el trabajador y a la rentabilidad obtenida con la inversión de sus fondos. El dinero acumulado en la cuenta es de propiedad de cada trabajador afiliado y opera como patrimonio independiente de la Administradora de Fondos Previsionales (AFP).
El problema se presenta desde el comienzo. Los jóvenes cuando ingresan al mundo laboral, no tienen idea de cómo funciona el sistema, tampoco tienen donde encontrar información de manera objetiva y no segmentada, tampoco saben distinguir claramente el rol de las AFP, de las Compañías de Seguros, y del resto de los actores. Actualmente no existe algún organismo o sistema que entregue no solo información, sino que educación previsional independiente. La Superintendencia cumple la labor de entregar información sobre las AFP y sus proyecciones, pero no el rol Educativo.
Las universidades e instituciones ligadas a la educación pueden perfectamente cumplir el rol de orientar a los futuros usuarios del sistema previsional frente a la oferta disponible, ya sea por medio de estudios, proyecciones o charlas que permitan entregar información objetiva y sobre todo educar sobre el uso adecuado del sistema y las ventajas tributarias que lo rigen, además de generar conciencia del ahorro, en un país cuya esperanza de vida crece fuertemente, y donde los viejos de mañana sólo contaran con los recursos generados en su vida útil laboral. Es necesario generar un debate sobre este importante tema, donde participen nuevos actores y se genere quizás la oportunidad de incluir este tipo de conocimientos en las mallas curriculares desde la educación secundaria y superior, consiguiendo así exponer los antecedentes necesarios para un adecuado uso del Sistema.
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